Un Papa con raíces en Colombia

Nacido en Chicago y con nacionalidad peruana, León XIV es el primer pontífice de la historia perteneciente a la Orden de San Agustín. Su relación con Colombia comenzó en la década de 1990, cuando, como formador de novicios, visitaba regularmente el convento de Nuestra Señora de Gracia en Bojacá, Cundinamarca, sede central de los agustinos en el país. Durante esos años, se le recuerda como un hombre cercano, humilde y profundamente comprometido con las comunidades locales.

Presencia en diversas regiones del país

Entre 2001 y 2013, como prior general de los agustinos, Prevost realizó numerosas visitas a Colombia, participando en capítulos provinciales y fortaleciendo la vida comunitaria en ciudades como Bogotá, Medellín, Chía, Facatativá y Barranquilla. En la capital del Atlántico, por ejemplo, visitó el Liceo de Cervantes y la parroquia San Nicolás de Tolentino, donde compartió momentos significativos con sacerdotes, estudiantes y feligreses.

 

Un legado espiritual y pastoral

 

Los religiosos colombianos que compartieron con él destacan su sencillez, cercanía y profundo conocimiento de la realidad social y eclesial del país. El padre William Carreño, quien lo conoció en 1996 durante una visita a Bojacá, lo describe como “un hombre muy cercano, que siempre estaba pendiente del país”.

Este vínculo con Colombia y América Latina se refleja en su elección del nombre pontificio, León XIV, en homenaje al papa León XIII, conocido por su cercanía con los agustinos y su compromiso con las causas sociales. Se espera que su pontificado continúe con una iglesia misionera, basada en la tradición y en la palabra de Dios, siempre comunitaria y de comunión.

Celebraciones en Colombia

La comunidad agustiniana en Colombia ha recibido con júbilo la elección de León XIV. En el Liceo de Cervantes de Barranquilla, por ejemplo, se ha programado una Eucaristía en acción de gracias por la elección del nuevo pontífice, recordando su visita en 2002 y su cercanía con la comunidad educativa.

El papa León XIV inicia su pontificado con una profunda conexión con Colombia, forjada a lo largo de años de servicio y compromiso pastoral, lo que augura una relación cercana y significativa con la iglesia y el pueblo colombiano.