El gobierno de Estados Unidos ha anunciado una nueva medida migratoria que afecta directamente a ciudadanos venezolanos. A partir del 9 de junio de 2025, se suspende la emisión y validez de visas de no inmigrante, incluyendo las categorías de turismo (B-2), negocios (B-1), estudiantes (F y M) y programas de intercambio cultural (J).
La decisión forma parte de una proclamación presidencial firmada por el presidente Donald Trump, en la que se restringe el ingreso al país a ciudadanos de 12 países, entre ellos Venezuela, y se imponen restricciones parciales a viajeros de otras siete naciones. Según el gobierno estadounidense, estas acciones se justifican por la supuesta falta de cooperación de los países afectados en materia de seguridad, emisión de documentos y aceptación de ciudadanos deportados.
Venezuela, en particular, ha sido señalada por presentar altas tasas de estadías prolongadas en EE. UU. y por no cumplir con estándares adecuados de verificación de identidad. También se ha mencionado la limitada capacidad operativa de la embajada estadounidense en Caracas, afectada por la expulsión de funcionarios consulares y retrasos en la emisión de visados diplomáticos por parte del gobierno venezolano.
La suspensión afecta tanto a nuevos solicitantes como a quienes ya tenían citas programadas. Autoridades estadounidenses han recomendado a los ciudadanos venezolanos consultar con los canales consulares oficiales para obtener información detallada sobre su situación.
Esta restricción se suma a otras medidas recientes que han impactado a la población migrante venezolana, como la decisión del Tribunal Supremo de EE. UU. de permitir el fin del programa de parole humanitario, que beneficiaba a personas de países como Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua.
El anuncio ha generado preocupación e incertidumbre entre venezolanos que tenían previsto viajar a Estados Unidos por razones personales, académicas o profesionales.