Ágatha Ruiz de la Prada: “El negro en la moda ha sido muy dañino”

Es desfachatada y optimista. Es la diseñadora que bajó la alta costura del pedestal de las pasarelas y convirtió sus diseños en obras de arte. Es la creadora de un estilo propio y la que no temió volverse comercial gracias a su alma de vendedora. Es la hija de un vanguardista arquitecto y aristócrata castellano y de una aristócrata catalana, que le dejaron dos títulos nobiliarios: marquesa de Castelldosríus y baronesa de Santa Pau. Es la de los colores, las rayas, los corazones. Es la madre de Tristán y Cósima y la abuela de Deva, la hija de Tristán que está por cumplir su primer año. Es Ágatha Ruiz de la Prada, empresaria, diseñadora y artista.

Pasó más de 10 días en Buenos Aires, una ciudad que conoce bien y que ama por su vida social, sus museos, sus películas y sus series, aunque asegura que tiene que seguir volviendo. Fue al Teatro Colón, al campo en la provincia de Buenos Aires, aprendió a bailar tango, disfrutó de la gastronomía y las charlas con diseñadores, periodistas y políticos. La española presentó en la Usina del Arte una muestra integrada por al menos 100 de sus vestidos y diseños más icónicos, que reflejan la multiplicidad de expresiones que ha sabido desarrollar en su carrera desde hace más de 40 años de evolución y coherencia creativa, destinados a una mujer moderna y contemporánea. La misma cuenta con la curaduría del diseñador argentino Gino Bogani, con la dirección del proyecto expositivo de Vicky Salías -directora del Museo del Traje de la Ciudad Buenos Aires- y la coordinación y organización de Carminne Dodero.